La noche de un trovador

La noche de un trovador

 

-Dulce literatura-

 

(Dedicado a todos aquellos que no han podido unirse a su gran amor)

(Acogerlo con los ojos del amor y no con los de la carne)

 

¡¡¡El amor es locura y tan dulce como la gloria para los que se aman!!!

 

Ha sido en la noche,

la noche más larga,

la noche más bella

con una doncella,

de la aristocracia.

 

Érase la noche,

pura y sosegada;

pupilas de fuego,

en mi se clavaban

igual que cristales,

por toda mi alma.

 

Érase la noche

la noche de plata,

la noche de besos,

de sedas bordadas,

la de ver sus senos,

la de abrir ventanas,

de su bello cuerpo

cargado de llamas,

por toda su pelvis,

por partes sagradas,

entre sus columnas

de cera y de nácar.

Ardía la selva,

de aquella doncella

de la aristocracia.

 

Érase la noche,

la más perfumada,

de aquella doncella,

ardiente y callada.

 

Érase la noche

en su dulce cama,

en su amada selva,

de púrpura y grana.

Le abrí lentamente,

pasé a su entraña

y dando suspiros

por la gran descarga,

aquella doncella,

tan linda y tan guapa,

moría en la brisa,

que besa y abraza,

y abre  sabores

sabores que abrasan.

,

Y el dulce bracito

sin camisa blanca,

que al estar profundo

más sabores daba,

a la dulce  hurí,

de la aristocracia

la que yo inundé,

de azúcar y agua.

 

Se queda dormida,

la joven zagala,

le estiro el cabello,

le beso su cara,

y la dejo sola

tendida y saciada,

en su caserío

de grandes murallas.

 

Me visto de prisa,

abro la ventana,

me tiro al jardín

y un perro me ladra,.

y al sentirme ir,

ella se levanta,

quedando derecha

junto a la ventana.

 

Me voy por las sombras,

abro la muralla,

ya veo la aurora,

los claros del alba,

y rayos de luz

de aquella mañana..

Y aquella doncella,

mirando callada,

se queda tan sola

después de una noche,

cargada de llamas.

Su noche de fuego,

su noche dorada,

su noche encendida,

la más deseada,

de aquella doncella

de la aristocracia.

 

Francisco de Sotavento

 

Cedeira

(A Coruña)

 

 





7 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Bravo, Francisco!que historia más bien contada,
con sutil delicadeza
de esas noches disfrutabas,
cuando ella pedía caricias,
tú más caricias le dabas,
hasta llegar al orgasmo que agotados os dejaba. Bueno, muy bueno. "Morir quiero de un orgasmo y despertar en el cielo." Saludos, Ceneme

Anónimo dijo...

Esta noite e maila outra
e maila outra pasada,
abalei unha pereira
que nunca fora abalada.

Que elegancia na exposición, Sotavento!

Teu amigo da bancada
X.Antonio Suárez Aneiros

Anónimo dijo...

¡ Vaya noche la del trovador ! larga, intensa,extensa,abierta al amor vivido con una hurí de la aristocracia sintiendo el fuego sagrado del amor desde sus diversas dimensiones y afirmando que el amor que se da y experimenta no muere y ¿ si se vive con una diosa ?¡ Qué hermoso compartir el amor ( darlo y recibirlo desde la dimensión superior!
Acertadas las precisiones previas al poema.
Con mi afecto María

Anónimo dijo...

Ás veces Sotavento, soamente ás veces
os nosos soños, convértense
en fermosas realidades.
Felicidades, bonita historia moi ben
resolta. Teu amigo, manuel carlos

Anónimo dijo...

¡Gracias mis queridos poetas, Ceneme, Antón, María y Manuel Carlos por leerme esta gloriosa historia de amor sobre esta infeliz pareja que jamás la han dejado unir en su adorado amor!

Puede haber poetas y poetisas que se avergüencen de este poema de amor.
Es el pan de cada día de toda la humanidad.
Es el apetito de nuestro cuerpo que ha creado Dios.
Hacer el amor es tan natural como comer y beber.
Universalmente se toma a todas las horas más o menos elaborado.
Y especialmente aquellos que por causas adversas no se pueden unir a su gran amor.
Decidme: ¿No es hermoso hacer los deberes como esta singular pareja dentro de su delirante amor?
Mas el que no lo hizo quizás ha sido porque no pudo.
Y cuántos deseos existen en las personas,el no poder realizar estos mismos deseos.
¿De qué nos avergonzamos si cada uno de nosotros somos un espermatozoide?
El sexo lo ha creado Dios y no los hombres.
El Rey Salomón, en “Cantar de Los Cantares” todas sus metáforas sobre la Iglesia, son quitadas de los miembros del cuerpo de la joven mujer.
Miguél Ángel ha pintado al padre Adán totalmente desnudo y en un tiempo de ceguera espiritual.
Y todavía seguimos con esa ceguera que parece que perdemos personalidad a la hora de hacer un comentario y poder admirar una obra plástica o un divino poema de amor dentro de los marcos del sexo. Especialmente a ti María Palacios, te premio por ser mujer y reconocer la divinidad de lo erótico dentro del sagrado amor de dos seres que infinitamente se aman y no se pueden unir por razones de rango social.
¿Por qué han de ser los poetas y no también las poetisas quienes desgranen más el dulce erotismo y decir lo que en verdad sienten e imaginan? Creo que a nuestra literatura poética la enriquecería y la haría brillar un poquito más. Muchas gracias a todos.Fco. de Sotavento-Cedeira

Anónimo dijo...

Amigo si que hás dado rienda suelta a lãs palabras. Me gusta el erotismo fino que expresa y como cuenta la historia.
Daniel Uriza

FRANCISCO DE SOTAVENTO-CEDEIRA dijo...

Gracias mi querido amigo de la Argentina. Dices que te gusta el erotismo fino, amigo mío, al que no le guste o no lo entienda, creo que no llega a ser poeta. La poesía erótica quizás pase ya de los 4000 años que existe,pero lo que a mi me espanta son las poetisas que huyen de este estilo donde ellas lo sienten igual o mejor que los hombres. En mi poema sólo se a sumado a dar un precioso comentario a este romance amoroso María Palacios. Es intrépida y clara y sincera y por estas cosas, se distingue el o la poeta.

Gracias Uriza por tu sinceridad, pero hay romances más crudos de poetas reconocidos universalmente.
Un abrazo de Sotavento-Cedeira

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