¡OH, PUERTO!
¡Oh, puerto de la ciudad amada
cómo te vestiste en el anochecer lejano
de melancólico azul!
Cuando tiembla el nácar de tus aguas
exhalando un suspiro de recóndito misterio
al lánguido destello de fugitiva luz.
Desde lejos vi tus luces rutilantes
en coloquio con mi ardiente fantasía,
¡Oh, puerto!, porque ya son leyenda y sombra
los recuerdos que me evoca tu silencio
y que hieren de nostalgia el alma mía.
Tus naves acogidas al descanso de tu seno
se mueven al vaivén sigiloso de las ondas
apuntando sus mástiles erguidos hacia el cielo
como lanzas de un ejército de paz entre las sombras.
Del rocío de la noche te embalsama su frescor,
las estrellas ya te observan desde la alta inmensidad.
¡Como duermes, puerto amado, al susurro de tu embrujo
y viertes el reflejo de tus luces en el mar!
José Crespo
2 comentarios:
Crespo, extraordinario trabajo, gracias por emocionarme. Un saludo.
Ceneme
Hola compañero es muy agradable que nos alegres con tus poesias
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" Piensa si lo que vas a decir es más hermoso que el silencio"