DEDICADO A LA MADRE LOBA
Déjame
seguir el camino,
hoy saciada
estoy,
la sentencia
para luego,
mis crías en
la madriguera
esperando
están mi regreso.
No
sacrifiquéis mi vida,
ellas
morirán de miedo.
Intentaré no acercarme
a la vera de
tu puerta,
pero el
hambre es tan fuerte
que me
desespera.
En sus ojos
la tristeza,
en su mirada la súplica,
qué pena
tu y yo no
nos entendemos.
Pero sí que
eres hombre bueno,
déjame
seguir
esperándome
están ellos.
Concepción Díaz
Grupo Poético Brétema
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" Piensa si lo que vas a decir es más hermoso que el silencio"