DIVAGANDO
Cubriéronse
de nácar los picachos
de la rocosa
sierra,
tornose la
esmeralda en níveo armiño
y el
aguilucho retornó a su cueva.
Como chispas
de azófar, allá arriba,
palpitan las
estrellas;
que parecen
burlarse, con sus guiños,
de la pálida
luz de las luciérnagas.
Silba el
viento ruin y atolondrado
sobre la
arcaica aldea;
y en torno
al hogar, los nietecillos,
interrumpen
los cuentos de la abuela.
José Crespo Abalde
Grupo Poético Brétema
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