EL JOROBADO
La desdicha se ciñó en el
como destino marcado,
preguntándose él porque
aquel pobre jorobado.
No nació en martes, ni trece,
pero si con mala pata,
cojo, bajito y sin suerte
y con joroba a su espalda.
Desafortunado en todo
ya que también era feo,
se creía un demonio
solo con mirarse al espejo.
Pero con alegres palabras
se dirigía al Señor,
tú que tanto puedes y amas,
¿Qué daño te hice yo?
Dime cual fue el pecado
para ser lo que yo soy,
creo que posaste en ti mi mano
con ella tu dolor.
Yo no te hablo de complejos
porque los tengo Señor,
solo espero ver si muero
y te llevas mi dolor.
Amante Romero
Álvarez
Grupo Poético
Brétema
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