La Palmera
Leviatán
gigantesco de los mares de arena,
has crecido
viciosa en las tierras del norte;
superando al
entorno con tan rígido porte
que tu sombra
eclipsaba la botánica ajena.
Como red de
pesquero con codicia terrena
tus rizomas
tendías sin que el otro te importe,
y si losa
a tu andar le causaba tal corte
con los dedos
alzabas como a barco ballena.
Tanto tiempo de
sol, por aquí no tenemos
y tus frutos
huesudos el azúcar no alcanza,
la pequeña
hortaliza te supera en baremos.
En oriundo
desierto no molesta tu andanza
y tus piernas
estiras hasta largos extremos
aunque
mucho trabajes cuando llenas la panza.
Enrique
Fernández Castro
(Redondela)
5 comentarios:
Amigo Enrique: Un soneto digno de un autor como tu, con
una capacidad creativa sin límites, así dejas siempre bien
el pabellón.
Cordial y atentamente de tu leal amigo, Félix Loira.
Este soneto fué un póstumo omenaje, a manera de epitáfio,a una palmera que he plantado y que aumentaba su altura casi un metro al año, levantaba con sus raizes las losas de camino. Es una confesión de mi acción criminal contra la naturaleza.
Un fraternal abrazo, amigo Félix y gracias por el comentario.
Castro.
Buen entramado soneto para agasajar a la reistente palmera.
Felicidades, Ceneme
Gracias maestro Ceneme , por leerme y el comentario y a Brétema por publicarlo.
Un fraternal abrazo.
Castro.
Perdón por comerme la h de homenaje, etc.
Castro.
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