Hoy he conocido a Dios...


Hoy he conocido a Dios
como una estrella en el camino,
me he aproximado para verlo de cerca
y esa imagen había desaparecido;

si, hoy he conocido a Dios
y de El me he quedado prendido.


Sus manos han rozado mi frente,
sus dedos mi pecho encendido
y ha sido una luz que ha abierto mi mente
de algo que aún estaba escondido;

y era el amor que sentía en el alma,
el que me unía a los demás seres vivos.

Si, hoy he conocido a Dios
en los ojos de mi enemigo.

Jean Carballo
(Grupo Poético Brétema)


9 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso poema Jean, con una dicotomía final sorprendente.- Felicidades, Ceneme

Anónimo dijo...

Bellisimo poema te felicito.Gracias por ese fondo.Chicha

Maria Luisa dijo...

Maravilloso poema José Ángel, realmente bonito.
María Luisa

Maria Luisa dijo...

Maravilloso poema José Ángel, realmente bonito.
María Luisa

Jean dijo...

Muchas veces el poeta piensa que construye poemas de la nada, que escribe los poemas, que los inventa... y no es verdad: es el poema el que define al poeta. La letras descritas no son caminos: son instrumentos. Y el poema es pues una necesidad vital. Pues el poeta, cuando empieza a escribir, no tiene claro a dónde el sendero le llevará, qué encontrará en el camino, qué aprenderá de lo que escriba.
Y lo creo de esta manera porque muchas veces el primer sorprendido soy yo, que lo estoy escribiendo y a la vez confeccionando. Por eso pienso que poetas somos todos los que vemos más allá

Anónimo dijo...

No se hasta que punto este bello poema es ficción, más si tiene algo de esto esta en la línea de lo real por el hecho de darle al alma el principal protagonismo de la visión reflejada en un amor tan inmenso que ve al Supremo en el rival,
Mi admiración a tu arte.
E. Fdez. Castro. (Redondela)

Anónimo dijo...

En este precioso poema nos demuestras que Dios está en todas partes. Saludos Gloria y Magali

Anónimo dijo...

Se conoce más a Dios por el corazón que por la inteligencia. El conocimiento de lo divino conduce a la unión. Y en esa unión es que ya no hay enemigos. Para pensar, eso de conocer a Dios en los ojos del enemigo. Daniel

Jean dijo...

Gracias, Ceneme, es un honor tu comentario. Supongo que la parte final de un poema te la señala el mismo poema, por cuanto que vas desnudando lo que sientes y lo que hay en ti. A veces sientes una verdad, la expresas y tú mismo descubres en donde te has equivocado. Y muchas veces te sigues equivocando, porque estamos aquí para aprender: es lo que yo pienso.
Chicha, María Luisa... es la misma vida la que, a través de una comprensión, nos está señalando el camino
No es ficción, Castro, pero tampoco pretende ser un poema teologal. No ir más allá de una poesía: es una visión crítica de una inquietud que sentía dentro de mí.
Gloria; Magali, un placer contar con vuestro comentario. Cierto es que Dios está en todas partes y tan grande es que nos hizo libres.
Es verdad, Daniel, vemos al enemigo como un rival, alguien en diferente sintonía con nosotros y por lo tanto quien debemos odiar, y no vemos que es un hermano nuestro que está en un determinado punto de la evolución, considerando claro está que todos somos hermanos en evolución. No siempre es fácil verlo, ni para mí muchas veces, pero escribirlo te ayuda a verlo más claro

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