La
fruta del tiempo
Melancólica
lluvia de otoño
en
el ciprés de tu mirada,
como
en la canción la balada
que
mana de los más hondo.
…Y
como una ninfa enamorada,
que
vive tan llena de amor…
por
su pretendiente amada
con
arrullos de trovador.
El
cielo mana sentimientos
del
talismán de su fuente,
que
riegan el latir de un pecho
con
una ternura perenne.
Se
han ido a dormir las golondrinas,
las
hojas se mecen en el olvido,
el
viento azota las esquinas,
el
árbol pierde su vestido.
…Y tú
y yo, contemplando ese instante,
lo
mágico de las estaciones,
el
latir de la lluvia en los cristales…
el
viento sembrando emociones.
¡Que
hermoso tiempo de ensueño!
donde
el tacto es la caricia…
y en
la mirada esta el fuego…
que
de cerca nos ilumina.
Nuestro
barco sobre la mar
bogando
libre en el tiempo,
sin
más voz que del lamento
de
nuestra gran felicidad.
…Y
los dos guiando el timón
en
esta océano inmenso,
sin
más luz que la razón…
de
un amor grande y eterno.
¡Se
han ido amor las flores,
quedando
desnudos sus tallos,
pero
aún viven los colores…
en
nuestro amor enamorado!.
¡Se
fue la dulce primavera
y
con ella se fue el verano.
pero
el otoño es la puerta…
que
nos lleva a otro año!.
¡ya
se ve la luz de nuevo!
los
rayos de sol ya destellan
y
traen en su mano un lucero
en
esta noche tan bella.
Amante
Romero Álvarez
(Grupo
Poético Brétema)