Glosa a Miguel Hernández
"Fatiga tanto andar sobre la arena
descorazonadora de un desierto,
tanto vivir en la ciudad de un puerto
si el corazón de barcos no se llena"
(Miguel Hernández)
Siempre han dicho que es muy importante
rendir honor a quien honor merece,
y que por correr mucho no amanece
más temprano, verdad apisonante.
Mas mi necesidad es agobiante,
la del reo que escucha su condena,
es una espina que se clava obscena
en mi interior y no concede pausa.
Tu ejemplo es mi respiro, porque causa
fatiga tanto andar sobre la arena.
A veces me detengo a cuestionar
éste mi ardor por escribir poemas.
Quizás lo haga por hablar de temas
que, al ser mi esencia, duele confrontar;
quizás porque me ahogo en denso mar
de indecisión, temor o desconcierto,
al comprobar que en mi orgulloso huerto
el agua, primordial en su alegría,
escasea… Y es como la sequía
descorazonadora de un desierto.
Otras veces, por mucho que me afane,
la barca afloja y tú, si se me estanca,
eres el céfiro en mi vela franca,
eres los remos para un mar inane.
Con todo, puede que yo nunca gane
un premio… Pero, a corazón abierto,
te pido me dirijas con acierto
en toda la amplitud de ese vocablo,
pues es abrirle nuestra casa al diablo
tanto vivir en la ciudad de un puerto.
Sentarse a discurrir métrica y rima
es navegar por mares en penumbra,
mas tus letras son faro que me alumbra,
transformando tinieblas en calima
leve. Tu sencillez siempre me anima
a dibujar una estructura amena,
con pinceladas de dolor y pena,
insignias de tu obra singular.
Mi cálamo prefiere abandonar
si el corazón de barcos no se llena.
Antonio Pinedo
Vilagarcía de Arousa
(Pontevedra)