Los ríos del alma...

Los ríos del alma que arrastran heridas,

los ríos del alma que arrastran el mal,

son templos que acogen las tierras sin vida,

no saben a dónde al final llegarán.

 

Castillos de naipes que el viento no mece,

castillos de naipes que el tiempo acusó,

hoy son el desaire que al mundo envilece,

critican gigantes en reinos sin voz.

 

"Salvadme" implora la tierra al verse sin vida,

"salvadme" responde a un tiempo el gris ruiseñor.

Así son las voces que siento lejanas;

 

ya llega el rey de los hunos… con lanzas,

y siento las aguas gemir cristalinas

por sueños que un día el cieno apagó.

 

Jean Carballo

(Grupo Poético Brétema)

 

Blog de Jean:

 

http://in-a-words.blogspot.com/

 





12 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta, me dice algo, va en busca de algo, que el cieno cubrió. Felicidades, Carballo. Ceneme

Jean Carballo dijo...

Agradezco tus palabras, Ceneme. La escribí caminando por un monte cercano, el cual hace unos años sufrió la terrible plaga de los incendios y, al llegar las lluvias, provocó unas riadas en el pueblo que a sus pies se encontraba e inundaciones diversas. Pero esto se repite en otros lugares del mundo, siempre de la misma manera. Y es que la tierra nos habla si queremos escucharla. Sólo escribo lo que siento a mi alrededor

Anónimo dijo...

QUERIDO CARBALLO, TUS VERSO FLUYEN COMO EL AGUA DEL RÍO Y VAN CANTANDO LO SUCEDIDO DE LA AMADA TIERRA. VAN PREGONANDO LA DOLENCIA Y LA ANGUSTIA QUE NUESTRO SUELO PADECE Y LLORA TANTAS VECES EL ABUSO DE LOS ATREVIDOS Y DESALMADOS.
ES UN POEMA DE REFLEXIÓN PARA TODOS.
GRACIAS CARBALLO POR SENTIR NUESTROS BOSQUES QUE REPRESENTAN NUESTRO PARAISO GALLEGO. FELICIDADE Y UN ABRAZO DE SOTAVENTO- CEDEIRA

Jean Carballo dijo...

Todos nos sentimos parte de la tierra, en parte (como se dice en los medios rurales), porque la hemos mamado dese niños y eso nos lleva a cuidarla y protegerla, aunque muchas veces por desgracia se nos escapa de las manos. Y a pesar de todo nos sentimos identificados muchas veces con lo que sucede. La tierra que nos rodea es nuestro interior y el interior de cada uno, por eso hablamos muchas veces a través de ella. Y es un modo de pensar y de vivir. Y es un sentimiento.
Yo me siento libre cuando me veo rodeado de naturaleza y es lo que quiero reflejar... y es también un sentimiento y una manera de ver la vida: un reflejo de mi interior.
Gracias por tu comentario, amigo Sotavento, compañero, por haber llegado a sentir como yo

Anónimo dijo...

Coido que todos os amigos de Brétema temos o mesmo pensamento, que facemos noso, Jean, o equilibrio e conservación da Natureza é algo que nos toca a todos.

Felicidades

Cedeira
Xosé Antonio Suárez de Aneiros

Jean Carballo dijo...

Non só é o noso pensamento, amigo Xosé Antonio, ás veces é todo o noso interior o que é natureza e armonía nesos intres

Anónimo dijo...

Creo que aunque tenemos que reconocer esa paete negativa, nada es aal 100% por 100%, y creo que debemos luchar porque la parte positiva se imponga, sin dejar de ser criticos y ver la verdad. Tu poesia es preciosa,en ella expresaste el sentimiento de las cosas que tu viste en aquel momento.
Magali

Jean Carballo dijo...

Donde hay belleza, Magali, también hay fealdad, donde hay orden también hay desorden... eso debemos tenerlo en cuenta. Pero también hay razones para querer buscar un equilibrio y una esperanza: ahí es en donde debe estar nuestro esfuerzo. Las palabras a veces son un grano de arena, pero es nuestro grano de arena. Algunos días me gusta pasear por estos lugares en paz, son palabras que te salen de dentro, del interior,de lo que te dice lo que ves

Anónimo dijo...

Querido Jean Carballo

Que vuelva la vida a la tierra, que curen las heridas y las aguas cantar cristalinas.

Daniel Uriza

Jean Carballo dijo...

Daniel, lo tenemos aquí, con nosotros, no hace falta buscar mucho: la misma tierra cura la tierra y sus heridas, las mismas aguas descansan en el cristal de su cauce; volverán a florecer los montes quemados, los árboles: nunca la tierra se abandonará. Es el ciclo natural de la vida

Pilar García Piñeiro dijo...

"Y es que la tierra nos habla si queremos escucharla".

Apreciado Jean, tal como afirmas en tu respuesta a uno de los comentarios, decirte que efectivamente es así, "La tierra nos habla".

Sobre el poema decirte simplemente que me gusta, me agrada la conjunción sonora de la estructura que formas y el impacto "salvaje" de esas aguas del río.
Tal vez se rompa esa cadencia en la tercera estrofa, en el primer verso:"... Salvadme" implora la tierra al verse sin vida..."
Bueno, esa es una opinión muy personal y siempre desde una óptica diferente a la tuya en cuanto a la visión del poema. Quizás esa rotura deba de estar ahí, por algún motivo, por alguna razón o simplemente sea el reflejo de esa violencia hacia la tierra.
Sea como fuese, un interesante trabajo que nos debería llevar a la reflexión sobre lo que hacemos con la naturaleza. Tal vez esa sea la respuesta: No escuchar a quien nos habla, en este caso la tierra.

Un beso. Pilar

Jean Carballo dijo...

Me parece también muy interesante lo que me dices tú, Pilar. Todos, cuando escribimos, nos sentimos empujados por lo que vemos y por lo que sentimos en ese momento: un cúmulo de imágenes, de lo que escuchamos y muchas veces se mezcla un deseo de escribir algo más. Mi intención sólo era escribir lo que sentía: ves un monte que cambia, un río, un paisaje... y escribes. Cuando se me ocurrió, bicicleta en mano, la primera frase, la escribí y en mi mente me quedaba la secuencia de acentos, el ritmo interno del poema. Y me dije: ¿por qué no?... y lo continué. Y quise jugar con las palabras, algo que tenemos hablado en el grupo como una manera de investigar cosas nuevas. A partir de ahí sólo escribía lo que la mente me iba dictando. Cuando llegué a esa palabra que me comentas: "Salvadme", fue la que se me ocurrió. Necesitaba un alto en el camino, un cambio entre lo que había estado escribiendo y la siguiente frase y, aunque podía pensar que podía ser un buen ejercicio sobre un soneto, necesitaba que esas frases aportaran algo más, no parecido a lo que ya estaba escrito. Además, a veces noto que si se me ocurre escribiendo una palabra y no la escribo, puedo perder el hilo que me arrastra y tal vez con él el poema. Por eso lo escribí, en principio no me pareció malo. Espero que lo veas así

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