AYER POR LA NOCHE
Ayer salí por la noche
a penas sin tener ganas
sin luna de blanca perla,
la noche de doble capa.
Fui bajando por la arena
entre la seca y mojada
y sentí como de lejos,
el canto de varias garzas.
La noche se hallaba fría,
el silencio se acostara,
el eco marchara lejos
y la mar tenía guardias.
Me acerqué hasta la orilla
donde las olas hablaban
y vi dos hombres con redes
y por tierra una chalana.
Yo les di las buenas noches,
ellos ni media palabra
y al lanzar el resplandor
de mi linterna encarnada,
taparon los dos el rostro
y se pusieron de espaldas.
Me angustié por atrevido
ya que nada me importaba,
pero usando del poder
que siempre tuvo la playa,
me acerquë para saber
a ver que peces pescaran.
Mas cuando lancé la luz
sobre la red y las algas,
se taparon sus melenas
y con las manos la cara.
Pues resultando el misterio
de dos personas extrañas,
vinieron a ser mujeres
vestidas con ropa de aguas;
que estaban pescando solas
en la noche silenciosa,
dos gemelas divorciadas;
pero valientes las dos,
verdaderas capitanas.
Francisco de Sotavento
Cedeira
(A Coruña)
3 comentarios:
Amigo Sotavento, as mulleres dos mariñeiros,
quedaban na casa a traballar,
non gustaban que o souvera,
o que a pescar ia o mar.
Ceneme
¡ Qué apertura de mente que te permite ver en la noche y escuchar los rumores de las realidades que también en la noche se expresan! Percibe y expresa la valentía de quien se acerca al mar para, aunque sea de noche , recibir cuanto ofrece.María
Gracias amigo Ceneme y a tí muchisimas gracias poeta y pensadora María. Siempre he sido muy amigo de la noche y como me crié en la mar y en casa tenías artes de pesca de la ría, la llamada (rapeta),bou, zarandas, mediomundo,endeño,boguera, cuchara y otras más. Era una noce de frio y como nosotro no habíamso ido a la rapeta que se pesca desde la playa tirando la red a treinta o más brazas sobre fuera y luego se arrastra hasta tierra. Ese día fui a mirar a ver si en la orilla de la bajamar había alguna rapeta y esta fue la sorpresa que me encontré con dos mujeres que las he reconocido y ellas a mi tambísn. En el año 1947 y 48 en las casas de los pobres pocas veces había pan. En aquel tiempo era una deshonra ver a una mujer faenar con su marido y menos ellas solas. Muchas veces las mujeres son más valientes que los hombres. Este poema lo podía imaginar por el hecho de conocer las faenas de estas artes, pero ha sido realidad. Mi cariño para los dos, María y Ceneme. Sotavento.
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