EL FINAL DEL OTOÑO
Qué de preguntas quedaron
sin respuesta
y qué insensatez fue la de callar,
cuántos espacios sin llenar
y qué de vacíos y silencios
se alimentaron en el ocaso
de la más infinita desolación.
Fue el escuchar a Pachelbel
cuando en medio de la noche,
la lluvia caía silenciosa, acompasando
los conciertos de las sombras;
la luna a través de las nubes aparecía
y se perdía entre las hojas caídas,
mientras la melodía iba filtrándose,
como el cierzo, en mitad del alma.
Fue como el agua que se hiela
entre las grietas de la roca y la rompe.
Fue el epílogo del más triste Otoño.
Marcelino Menéndez González (Murcia)
6 comentarios:
"qué insensatez fue la de callar"
cuántas veces callamos lo deberíamos gritar....
Hermoso poema..!!
Un precioso poema lleno de melancolía y emociones diversas y un buen epilogo para tan sugerente ciclo vital.
A veces callamos por miedo a la respuesta, callamos por temor a la verguenza, o simplemente porque no sabemos que decir. Y entonces nos damos cuenta de todo aquello que hubiesemos querido decir y no dijimos... pero ya es demasiado tarde.
Desprende tristeza y melancolía... casi puede olerse la humedad y sentirse la pena profunda en el alma. Las estaciones inspiran a los poetas... y es evidente leyendo el tuyo.
Un beso.
Soledad.
"Qué insensatez fue la de callar"
Callar nos precipita a los más tristes otoños.
Preciosos y melancólicos versos.
Un saludo
Gracias a los comentarios hechos, de verdad y de forma muy sincera. Me siento muy a gusto con ellos. Os diré
que este poema (con otros) fué finalista en el Concurso Cercós de
Palama de Mallorca en el 2005. Repito, no puedo hacer más que daros las gracias y al Grupo Brétema por
haberlo publicado.
Marcelino Menéndez (autor)
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" Piensa si lo que vas a decir es más hermoso que el silencio"