A UNA MADRE
Siento el calor de tu mano,
en mi mano,
mientras escucho tu
acelerada respiración,
y quiero imaginarme
que duermes plácidamente,
mientras pienso que cuando
te coja la mano y este fría,
se habrá acabado este
sufrimiento
de pensar, cómo será tu fin en
esta tierra,
que nos devuelve a la tierra
para traernos paz.
Me gustaría creer
que tu dichas fueron más
grandes
que tus desdichas,
aunque se dé propias carnes
que te jodieron la vida,
en un mundo llamado machismo
Amelia García Domínguez
Grupo Poético Brétema
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" Piensa si lo que vas a decir es más hermoso que el silencio"