EL VIOLINISTA DEL METRO
Amigo, quisiera regalarte
mis momentos más suaves
pero compréndeme,
vengo de las montañas y de la piedra
y me he encerrado en este túnel
y en este asfalto,
las manos y el presente oscurecido
de tanta mierda.
…Y llegas tú y me aprietas con fuerza,
de tanto aguantar,
de tanto no poder aguantar.
…Y llego yo y rompo contra ti
la histeria retenida,
de tanto aguantar,
de tanto no poder aguantar.
Amigo mío, ¡Cómo lastiman tus manos
endurecidas de tanto estrujar
los misterios escondidos
en las cuerdas,
caminando acompasados
el violín y tú tristeza!
Rosa María Vázquez Romay
Grupo Poético Brétema
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