Las plantas que yo tenía
en mi anterior vivienda,
al no poder atenderlas
por este virus fatal,
habrán muerto abandonadas
pues yo no puedo regarlas
y así su vida se acaba,
pero el día de mañana
el coronavirus se irá
y unas nuevas semillas
volveremos a plantar
y darán flores hermosas,
pero las que se fueron
por este virus mortal
solo los recordaremos
y nunca más volverán.
será un castigo divino,
a los jóvenes y ancianos
ataca sin compasión,
se expande por todo el mundo
¿Quién produce este castigo?
Quizás por darse un abrazo
o por tocarse una mano.
Un beso solo a lo lejos
nunca tendrá aquel sabor
cuando besaba tus labios
con apasionado amor.
No se pierde la esperanza,
que pasará, lo esperamos,
esta funesta pandemia
que nos tiene separados.
Mariano
Marcos de Abalo
Grupo
Poético Brétema
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