A MI PELUQUERA
Rosa
se llama
y
es mi peluquera
menuda,
morena y guapa,
siempre
tiene una sonrisa
dibujada
en su cara.
Pienso
que se la quita por la noche
y
se la pone por la mañana,
aparece
siempre fresca
como
una rosa blanca,
recién
cortada.
Rosa
tiene una hermana
que
trabaja con ella,
o
son socias a su manera.
Panchi
la llaman,
la
broma es su bandera,
las
gasta impávida su cara,
no
sabes si bromea o lo dice de veras.
Menudita
y delgada,
pelo
rubio, negro
con
mechas, o como le da la gana
Tienen
dos empleadas:
a una
la llaman Cris,
dicharachera,
y bromista,
siempre
tiene algo que decir,
sobre
todo a la vecina
que
aparece de golpe
y
le endilga las de San Quintín.
La
vecina es una anciana del piso de enfrente,
tiene
un hijo policía local,
que
para más INRI,
trabaja
en la casa consistorial.
Esta
buena mujer,
al
hijo quiere colocar,
pero
a una mujer,
que
sea buena de llevar.
No
se le conoce novia,
que
su madre pueda manejar,
así
que a Cris se lo quiere adosar.
La
otra se llama Chari,
pelo
rizado y negro,
te
depila las cejas,
en
definitiva te despelleja.
El
bigote desaparece de un tirón,
no
es su intención,
pero
te queda el morro,
como
un pimiento morrón.
No
es por nada pero,
Rosa, Panchi, Cris
y Chari
siempre
te tratan con esmero,
diciéndote
al despedirse,
“¡Hasta
otro día, aquí te espero!”
María Luisa López Castro
Grupo Poético Brétema
1 comentario:
Precioso. Saludos Gloria y Magali
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" Piensa si lo que vas a decir es más hermoso que el silencio"