CON EL ODIO A CUESTAS

 

Dejo que los enemigos me odien,

ya que mientras me odian no son felices

y yo conociendo todo eso que odian,

vivo pensando en el rencor de esos infelices.

 

Los admiro mucho como personas,

aunque pequen por sentirse diferentes,

sin que valoren en lo demás las formas

convirtiéndose en los enemigos de siempre.

 

Bien sea por honor o cobardía,

seguro que ellos no se sienten queridos,

sin que valoren a quien aún les admira

despreciando el ego de sus conocidos.

 

Y mientras buscan el odio de los demás,

le sigue agrandando el odio de sí mismo

ignorando quien cada día les odiara

al creerse según ellos muy distintos.

 

Por eso si odiando comienzan el día

entonces intentaran cambiar de repente,

cuando les dicen escoria de la vida,

que mal vives sin respetar a la gente.

 

Y cuando demuestran que han superado el odio,

entonces se dan cuenta de la preciada suerte,

llegando de pronto a mirarte de otro modo,

como si de repente te valoraran y quieren.

 

Pretenden ganar otros nuevos amigos,

aquellos que siempre antes despreciaron,

pensando que dejarán de ser enemigos,

cuando aún de lejos les puedan tener a su lado.

 

Amante Romero Álvarez

Grupo Poético Brétema

 

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