LENTAMENTE
Lentamente
por la vida,
caminando
voy sin prisas,
¿Para
qué, si no hay a dónde ir?
Encerrados
en casa tenemos
y
debemos estar.
El
pasillo largo es,
corto
parece, cuando tan solo
por el
puedes caminar,
el
motivo, estirar las piernas
la
musculatura atrofiada esta.
Entras
en el salón,
para
caminar un poquito más,
encuentras
una motita polvo
en la
mesa del comedor,
la miras
y la dejas donde está,
¿Para
qué limpiarla si
mañana
estará en el mismo lugar?
Por el
pasillo vuelves
al sitio
de partida, al estudio
donde
más tarde trabajarás,
allí
fotos de tus seres queridos
con los
cuales hablarás,
no te
contestan porque
estáticos
están.
Sonríes
al ver sus rostros hermosos,
la
alegría vuelve a tu cuerpo
aunque
en casa encerrados están,
a Dios
gracias le das para que a ellos
a salvo
y sanos los deje estar…
esta
extraña enfermedad.
María Luisa López Castro
Grupo Poético Brétema
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