A LA NIÑA DEL CAMPO
LA QUIEREN CASAR
¿A la niña del
campo
la quieren casar
con un señorito
de la ciudad…!
Tu risa pertenece
al viento
tus rizos son
caracolas del mar,
campesinita a tu
campo,
el señorito a
esperar.
Las olas y las
gaviotas
por comodidades
no quieres
cambiar.
Mas si tu madre te
lo ruega,
por ella lo harás
sin vacilar.
Tu falda de sirena
está dispuesta ya
para en el armario
colgarse
y cambiarse por
otra nueva
ajada de libertad.
Cuajaditos van tus
ojos
de miradas de
estrellas
cuajaditos están
tus lirios
que ya no verán
más
hierbabuenas.
Señorito de la
ciudad,
búsquese otra
mujer
para disfrutar,
esta campesinita
pertenece al
campo,
su corazón lo robó
el mar.
Por la mañana muy
temprano,
lleva a los
animales
a comer al prado
el grano.
Por la noche, muy
de noche,
los animales
vuelven
sin venir de su
mano.
Madre
desconsolada,
busca ayuda
alarmada.
Encuentran a la
campesinita muerta
de flores de
gaviotas cubierta,
hallada en un
acantilado,
ella se entregó a
los brazos
de su mar amado.
Su corazón queda
en su mar
y su campo,
señorito queda solo,
esperando a
esperar.
Esperando,
desesperado
por no quererla
querer,
se fue para no
volver.
Tu risa pertenece
al viento,
sus rizos son
caracolas del mar,
campesinita bonita
sin casar a de
quedar,
con el señorito de
la ciudad.
Consuelo María Conde Feijoo
Grupo Poético Brétema
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