POR EL AIRE
Vuela una
blanca gaviota,
planea
majestuosa
sobre las olas
del mar
que besan su
suave pluma.
Que visión
maravillosa
verla con sus
compañeras,
con graznidos
se saludan.
¿Qué se dirán
entre ellas?
cuando avistan
un pescado,
su más
preciado alimento,
no lo piensan
ni un momento
y se lanzan en
picado.
No reparte
cada una
su muy
apreciada presa
con nadie, ni
a su colega
le da la
mínima prueba.
Después de
pesca furtiva
ponen rumbo a
la ciudad
buscando algo
para saciar
su apetito muy
voraz.
Recorren uno
por uno
los cubos de
la basura
para encontrar
algún resto
que tira la
vecindad.
Tampoco tienen
reparo
en hacer
vuelos rasantes
para pescar al
descuido
patatas y
cacahuetes,
aunque en la
mesa se encuentre
muy reposado
el cliente
es muy fácil
que le asuste
de la gaviota
su ataque.
Cuando la
noche se acerca,
se retiran en
manada
graznando en
su despedida
un adiós,
hasta mañana.
Su destino es
el nido
donde las
crías esperan
de sus padres
un sustento
y a su lado se
acurrucan.
Cuando amanezca
otro día
volverán a su
rutina
y atronarán la
mañana
con su
irritante algarabía.
Mariano Marcos de Abalo
Grupo Poético Brétema
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