AL FINAL DEL CAMINO
Jugué en la
ruleta de la vida,
con el juego que
marcó mi destino
atado al yugo de
la herida
con una huella
forjada en el camino.
Jugué en esa era
de tiempo,
la cual me tocó
vivir,
donde la lucha y
el sufrimiento
marcaron ese
sentimiento en mí.
Me sentí como
cualquier viajero,
prisionero de la
rutina,
el que vive y
ama su tiempo,
transformando su
semilla.
Fui como
cualquier mortal,
que pasa sin
pena ni gloria,
que vive de la
realidad
de sudor de una
persona.
Jugué en el rol
del perdedor,
en el equilibrio
de la balanza,
en el abismo del
dolor
en el borde de
la esperanza.
Fui como la luz
que se extingue,
que lentamente
pierde su vigor,
una estrella que
tiene límite,
que en el olvido
se quedó.
Y vendrá una
ráfaga de viento
que se llevará
todo lo vivido,
y con ello se
irá mi recuerdo,
donde todo se
siente extinguido.
Amante Romero Álvarez
Grupo
Poético Brétema
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