Jamás
podrá la riqueza
proporcionar
dulces sueños,
como
tampoco la pobreza
soñará
jamás con ellos.
Tan
sólo la conciencia
cuando
se acuesta cansada
de
hacer siempre el bien,
es
la que podrá alcanzar
la
dulzura de lo que es soñar
y
se despertará descansada
dejando
la cama en paz.
Para
tener dulces sueños
hemos
que tener presente
que
todo cuanto tenemos
nos
ha sido prestado
y
lo hemos conseguido
a
base del constante esfuerzo
de
nuestro honrado trabajo.
Habrá
siempre dulces sueños
donde
sea la conformidad
la
que consuele los deseos
y
busque por todos los medios
encontrar
la felicidad,
para
que sea nuestra vida
un
verdadero dulce sueño
donde
siempre reine la paz
y
el placer de la amistad.
Anselmo Prada León
Grupo Poético Brétema
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