Y EL VERDOR DE SUS LABIOS RESONÓ ENTRE LA NOCHE
Y
me hizo sentir ausencia…
le
pedí que me mojara y ella medio la madrugada
plena de ruiseñor y esponja.
El clamor de unas aguas resopló en mis
oídos…
desnudo de impaciencia,
inocente
y desnudo a la vez:
y
desde ese sentimiento que me daba su alma
sentía
fuerza… la fuerza de la fe.
Y
ese frescor de infancia fue brotando en mí
como un sueño…
y
ese frescor idílico me hizo sentir su piel
y
la luna vertió en un vaso
lo
que dentro de mí latía…
Caminaba envuelto en un rumor
constante,
repleto de ilusiones y
repleto también
de
un amor…
el
que había sido.
José Ángel Carvajal
Grupo Poético Brétema
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