Cuando envejece un perro,
rejuvenece su amistad,
porque va con su vieja edad
cansado de andar por la vida,
acariciando a su buena amiga
que lo lleva en el corazón
siempre lleno de caricias.
Ya no tiene el viejo perro
aquella agradable sonrisa
que calmaba todo dolor
a quien tanto lo amaba
y le mostraba su amor.
Ya empieza a ser la edad
la que hace al perro diferente,
ya no es aquel bello animal
que un día aprendió a amar
y a respetar a los humanos,
aunque a veces, le daban palos.
Ya empieza a caerle el pelo,
ya perdió su elegancia
y sus cansadas patas
ya no andan con tanta gana,
pero sus ojos siguen mirando
con esa tierna mirada
que acaricia a su ama.
Es tanta la amistad
que al perro sabe dar,
que no le impide su edad
el mostrar el cariño,
es como un tierno niño
que sólo nos quiere dar
el placer de la amistad.
rejuvenece su amistad,
porque va con su vieja edad
cansado de andar por la vida,
acariciando a su buena amiga
que lo lleva en el corazón
siempre lleno de caricias.
Ya no tiene el viejo perro
aquella agradable sonrisa
que calmaba todo dolor
a quien tanto lo amaba
y le mostraba su amor.
Ya empieza a ser la edad
la que hace al perro diferente,
ya no es aquel bello animal
que un día aprendió a amar
y a respetar a los humanos,
aunque a veces, le daban palos.
Ya empieza a caerle el pelo,
ya perdió su elegancia
y sus cansadas patas
ya no andan con tanta gana,
pero sus ojos siguen mirando
con esa tierna mirada
que acaricia a su ama.
Es tanta la amistad
que al perro sabe dar,
que no le impide su edad
el mostrar el cariño,
es como un tierno niño
que sólo nos quiere dar
el placer de la amistad.
Anselmo Prada León
Grupo Poético Brétema
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