TU AMOR ES MI DELIRIO
que venerar la fervorosa flama del amor
que frenético está fusionado en ti?
¡Oh glorioso amor eres mi adoración!
Tú eres el hada de mis bosques,
nadie como tú me había entregado
el manantial a mi sedienta boca
de tus fuentes locas y hechiceras.
Solo tú, alma celeste de mis lunas
astros verdes de mis albas pardas
enciendes mi pálido y perdido sueño
en el infinito delirio de este amor hallado.
Tú ¡Oh bella flor! perfume de mis esencias
cuánto me reconfortas con tus delirios
con tus besos, tus manos de zafiro,
y esas lisonjas tibias en el viento alegre.
Eres aquel susurro en la voz del río
la piedra angular de mi ánima consumida
que revive en la corriente de tus besos
y en los bucles de tu sedoso cabello.
Eres mi boca, mi sueño y las olas de espuma
que cabalgando vienen entre mis venas
y el dulce valle de amapolas negras,
¡Oh locura mía! dame de tus rocíos mágicos.
Embelésame en los palomares de tus ojos
calandria mía, dame de tus celestes cantos
la gloriosa melodía para mitigar mi llanto
y el dolor que mora allá en la infinita lejanía.
Diana mía, cazadora de mis bosques
ven a ocupar mi trono que vacío esta
el aposento santo que por tu amor espera
y solo por ti, altar de mis suspiros y mis iris.
¡Oh, golondrina mía! rosa cándida
de mis renacimientos fascinantes
sigue mi destino que por tu amor fulgura
quiero conducirte a los elevados cielos.
No quiero que pierdas mis estrellas
que por tu quimérico amor chispean
para llevarte en el carruaje glorioso
como el santo Elías a la vida eterna.
FRANCISCO SOTAVENTO (colaboracions )
SANTIAGO DE COMPOSTELA
Ante a túa fachada vin as estrelas
brilar
campo celeste que bailas no teu altar
camiños abertos cara ao sol van
camiñar
nun mundo de suspiros polo cal
anhelar.
Lugar de grandes igrexas coa súa vela
astros e razón do válido pensamento
ante tí eu vin o valor do meu
coñecemento
ante tí eu me rindo, cidade de
Compostela.
MARIO CAMEAN (colaboracions )
LA ESTATUA
Del
dorado gallego en un bronce radiante,
altanero
soporte de granito pisando,
noblemente
al concejo su camino orientando;
intranquilo
percibe en acción de andante,
escrutando
facturas de importancia gigante,
ladronera
parece y ediles un bando.
Caciquismo
feudal todavía durando
anacrónico
régimen le resulta aberrante;
solamente
arropado por un sucio vestido
taciturno
medita sobre la democracia
eclipsado
su rostro, su sentir abatido,
levantando
su frente al notar la falacia,
asamblea
farsante para ser elegido
olvidando
promesas, cuando en burocracia.
ENRIQUE FERNANDEZ (colabaracions)
La reconoceréis fácilmente:
lleva la sonrisa autoimpuesta
más bonita jamás fingida
(podeis imaginárosla feliz).
Así que si la veis
decidle que lo siento,
por haberme ido antes de tiempo,
y sobre todo, por ser tan egoista
de pedirle que volviese
cuando ya llevaba demasiado tiempo esperándome.
Decidle que de vez en cuando
aún pienso en ella,
cuando en algunas noches
su recuerdo se me antoja como única solución
a todos los problemas que se me juntan.
Y aunque, en realidad,
estoy añadiendo otra pena al saco,
merece la pena evocarla,
jugar a verla dibujada
en las nubes o el humo del cigarro,
o estimulando las neuronas
con una taza de la cafeína
que solíamos compartir por las mañanas.
Decidle, por si le interesa,
que todavía sigo mordiéndome el labio
de la misma forma que ella conoce mejor que nadie,
y ya no por demostrar pasión,
sino porque me tiembla
cuando vuelve a pasearse por mi cabeza
(y estoy hablando de su cruel recuerdo,
no de sus dedos acariciando mi pelo,
como tanto me gustaba que hiciese).
Decidle también,
que he cogido la triste costumbre
de mirar las estrellas en las noches oscuras,
e intentar encontrar constelaciones
con la forma de los lunares de sy espalda.
Decidle que últimamente,
he viajado mucho
intentando alejarme del sabor de su cuerpo,
pero ninguna isla
se acerca a la sensualidad
de mi archipiélago de pecas favorito
en tu piel.
Y por favor, decidle
que se dejó una luz encendida,
y que ya es hora de que vuelva
y decida qué hacer con ella:
si mantenerla encendida velando la esperanza,
o apagarme para siempre.
MARCOS TABOADA (colabracions )
LOS NÚMEROS
Infinitos los números acechan
desde cada rincón de nuestra vida.
Son los años, la trama, la perdida
heredad de las horas que se estrechan.
Cada número es símbolo de acero,
desencanto o encanto, hegemonía,
precisión matemática, grafía.
Es la espada herrumbrosa del guerrero.
Insensibles, exactos, terroríficos,
se aferran a una lógica implacable
cifrándonos la historia inapelable.
Son a veces soberbios y magníficos.
Somos fugacidad no precisada,
números somos. Somos tiempo,
desde cada rincón de nuestra vida.
Son los años, la trama, la perdida
heredad de las horas que se estrechan.
Cada número es símbolo de acero,
desencanto o encanto, hegemonía,
precisión matemática, grafía.
Es la espada herrumbrosa del guerrero.
Insensibles, exactos, terroríficos,
se aferran a una lógica implacable
cifrándonos la historia inapelable.
Son a veces soberbios y magníficos.
Somos fugacidad no precisada,
números somos. Somos tiempo,
nada. Roberto Alifano