INCINERACIÓN
Ya no hay sitio para los difuntos en el cementerio,
somos demasiados en este hermoso mundo,
el crematorio nos borra del mapa en un segundo
¿Sufrirán al quemarse los difuntos? Otro misterio.
Ya no habrá flores que poner sobre sus tumbas,
ni lápidas que limpiar los fines de semana,
ni familiares que les visiten cuando les dé la gana,
ni Cristo que poner, ni velas que encender, si les alumbras.
Y cuando octubre sople, entre los viejos robles,
su viento melancólico no barrerá sus tumbas,
ni la luz del sol alumbrará sus rostros nobles.
Los pobres muertos, con sus grandes males,
su polvo esparcido por las arenas del mundo
deben de encontrar muy ingratos a los mortales.
Céneme
Grupo Poético Brétema
3 comentarios:
Este magnífico soneto describe con gran acierto el dilema del final de la vida. La verdad es que tengo mis dudas al respecto mas creo que me inclinaré por la clásica tumba, como parece entrever tu poema, porque creo que al desprendernos del cuerpo nos encontramos en los entornos del mismo y psicológicamente sufrimos por la escena crematoria. De todas maneras yo que padezco de claustrofobia lo tengo difícil de todas maneras a pesar de tener un apartamento adosado en el cementerio de mi barrio.
Un disfrute de arte y maestría y un cardial saludo.
E. Fdez.Castro. Redondela
Gracias, Fernando, efectivamente el crematorio es una forma más rápida de llevarnos al olvido cuanto antes. Un saludo
Precioso y a la vez triste soneto. Ya sabemos que no somos de aquí, que cada vez hay menos espacio, pero si se quiere se encuentra. A mi me seria imposible la incineración, quizas por mi fé, de que vamos a resucitar. Saludos de Gloria y Magali
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" Piensa si lo que vas a decir es más hermoso que el silencio"