No
juzgues a Dios
Dios se
mueve de forma misteriosa
Para
crear sus criaturas divinas
Él pone
sus pies en la mar silenciosa
Y
camina sobre las arenas finas
En la
profundidad de mina peligrosa
Las
habilidades no pueden ser caprichosas
Él
atesora una personalidad bondadosa
Y
desarrolla sus voluntades grandiosas
Los
santos temerosos se arman de coraje
Las
nubes por vosotros tan temidas
Están
llenas de misericordia y de bagaje
Repitiendo
bendiciones ya sabidas
No
juzgues al Señor por su sensible sentido
Debes
confiar en su bondad y en su gracia
Tras un
semblante sombrío y temido
Él
oculta una cara sonriente llena de magia
Sus
propósitos maduran pronto
Mostrando
a cada uno su hora
El
capullo puede tener amargo gusto
Pero
dulce será la flor en otra aurora
Los
incrédulos y ciegos, seguro fallarán
Revisarán
su trabajo, fracasando en vano
Dios es
el intérprete que todos amarán
Y Él
dejará lo que sucederá del todo claro
Ceneme
(Grupo
Poético Brétema)
6 comentarios:
Cierto es, no debemos juzgar a Dios, tan solo Él puede hacerlo, realmente una más de las poesías que me gustan tuyas Miguel.
María Luisa
Cierto es, no debemos juzgar a Dios, tan solo Él puede hacerlo, realmente una más de las poesías que me gustan tuyas Miguel.
María Luisa
Amigo Miguel: El delicado tema y la extensión de
tu poema ya garantizan su calidad, si mestro.
Solo el más remoto ignorante, caótico y ancestral
de los humanos puede ponerlo en duda.
Recibe un Cordial y afectuoso saludo de tu leal
e incondicional amigo. Félix Loira.
Por completo de acuerdo en la temática de tu poema.
Lo cierto es que en esta era de tanto ateísmo me agrada saber que haya poetas de tu condición espiritual.
Como siempre ha sido un placer leerte y aprender con tu maestría.
Un fraternal abrazo.
E.Fdez.Castro. (Redondela)
Preciosa poesia, en la que nos dices todas una verdad y que es que a Dios no lo podamos juzgar, aunque muchas veces nombramos su nombre en vano, sin darnos cuenta de que somos simples mortales.Saludos de Gloria y Magali
Ceneme: Me asombra un poco la temática que tomaste para tu poema. Lo finito gustando lo infinito. Hasta donde se lo permite la conciencia. Un abrazo Daniel.
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