En la playa jugaba


En la playa jugaba

El niño jugaba
removiendo arena ,
brillante, dorada
con la luz del sol
que centelleaba..
Construye un castillo,
castillo de arena.
¡Qué torres tan altas,
casi al cielo llegan!
Las escalaré.
¡No quiero murallas!
Le pondré cien puertas
que no cerraré…
Siempre, siempre abiertas
Encima del marco,
pondré una bandera,
aquí de la paz,
blanca, inmaculada.
Allí del amor,
que ondee a los vientos ...
Siempre desplegada.
Ésta del servicio.
De la comprensión.
De la libertad
y de la alegría.
De la risa clara.
De mirada limpia.
de oídos abiertos,
y de la amistad...
Ya tengo otras cinco
que coloco presto...
De pronto, muy fuerte,
sopla, sopla, el viento
y arranca banderas
que arrastra  contento.
Las lleva y las deja
muy lejos, muy lejos ...

María Palacios

(Grupo Poético Brétema)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Castillos en la playa,¿por qué los haces tan grandes? Cuando suba la marea te romperá las murallas y todas tus ilusiones romperán el viento y el agua. Ceneme

Anónimo dijo...

Precioso poema a esos castillos que hacia el niño cargados de toda su inocencia. Saludos Gloria y Magali

Anónimo dijo...

El niño que llevas dentro, construye castillos, que Eolo no destruye, porque son de poesía.
El niño, y los que nos gusta la poesía, en este sentido, nunca, para nuestro placer, maduramos.
Las banderas que describes sola las destruye el que no entiendo su simbolismo.
Siempre un gran placer leer tu verdadera poesía.
Castro.

Anónimo dijo...

Hola Maria: Que poesía más bonita, el niño y las banderas de la paz y del amor lo dicen ya todo.
Gracias María por esa obra literaria llena de amor
y dulzura, tan escasas en estos tiempos en los que solo se valora el materialismo.
Cordial y atentamente te saluda Félix Loira.

Anónimo dijo...

El verso corto por fuerza da velocidad a la lectura. Muy apropiado para esta composición que tiene algo de canción de niño, y algo de canción junto al mar, como una suave brisa marina. Por otra parte los castillos de arena, así como son fáciles de derribar, son fáciles de volver a construir. También esas banderas que nombras, de la comprensión, libertad, alegría, amistad, hechas con la sutil materia del alma. Como la arena que se escurre en el reloj no se acaba, ya que cuando la arena se ha escurrido, basta dar vuelta el reloj para que recomience. Dios quiera que esas banderas lleguen lejos y que donde lleguen las tomen como propias. Afectuosamente Daniel

FILGUEIRA VALVERDE por Xermán Torres dijo...

La niñez es la patria del hombre. Los castillos de arena, la fugacidad de las cosas, del tiempo, de la niñez... los castillos en el aire de las gentes que obran superficial y aparentemente. Construyamos la casa en roca fuerte. La niñez camino para la madurez y la sensatez. Un poema abierto que para mi evoca muchas cosas y sugiere otras tantas. Enhorabuena querida María.

Xermán Manoel Torres

Publicar un comentario

" Piensa si lo que vas a decir es más hermoso que el silencio"

Powered by Dhn © 2008-2009 Grupo Brétema • Agrupación Poética Brétema de Vigo • Grupo Brétema
La Agrupación Poética Brétema de Vigo, Se reserva todos los Derechos.