Wendy Karina

Wendy Karina

Era una niña sin todo, escritora de saberla. "Tal vez sobra perfección", opinaba ella. “Quisiera ser mamá y pintar música en tus venas". Aún es infinita la razón; Esperándote.
Tu rizo, Liso, sentía así.

Instinto de serio y niño, locura espacial, calmas con calma. Llámese percepción provocada por astuta obsesión donde el hombre, mérito en contra mezcla de experiencias que “enduendan” reencarnación antes anterior, es el objeto precursor que sin pensar llevarlo a cabo ni “acertar” temor (siendo trauma social que ello conlleve), es retribuido de gran instintivo casuístico: hermético y manco símbolo Suerte. Arcaicas que no ordenan o desean, crean; en cuánto no se conoce.

Para que su cariño azul, infinito o percepción, enseñe a gemir tus visiones. Inspirando, dispuesta a ser quien no haya.

El día solo, pedía: “No cambiarás, haz el amor como nunca te haya hecho". Raíz universal conociendo a tiempo lejano mayor... siembre mi corazón. Todo presente quebró en presencia futura .
"Como poni y bien tus manos".

Contaba tus pasos, ¡al fondo no!
Me despertaba con prisa para irte a coger... aniden contigo dulces que no se asusten de un mar...
¡No hacer Sodomía este vals!
Con "bellos" moría el sueño, y volvía a ese niño que fue -hacia que seas "mayor" (Verdad) no se irá-.
Al cuerpo... de mente lo habían dejado pequeño.

Pierde con el corazón, sin dejar jamás solo al final de tu salida... Si no te valora, razón suya.

"Atrévete a no impresionar", en el alma de tu ombligo; te pide bella locura. ¿Cuánto pagaría el arco iris de tus besos si se iluminara en la luna la sonrisa más extraña, harto de aparentar que ninguna aparición sea ocuparse de su amada?

Con crisantemo lloraba como mujer -“los niños no lloran”– pero todavía es fuerza más fuerza Recordar.
Mi padre soñaba no verme crecer: La melodía, latir a tu andar, cuidándome (¿a dónde irá?).
De noche vivía, sólo pensándote. Pasaba miedo, para ir con él: “Abuelito, el hombre puro sí existirá”.

Me obligaba a otro deber, explorarte bien, venía a confesarme niña que no imaginaba más me cuidaba raro:
"¿Usted no me ama?"
"De noche lo intentaré"…
"¿De noche?", esbozó “ciela”, ciencia Dormida y vela.

El último día que piense será cogido a ella.
(Pequeña parte que como ironía creyeses que sin saber acierta)

Anthony Tilve