ÁRBOL SIN RAÍCES
Aves migratorias
que huyen de la nada,
del yugo
de desalmados
a tierras lejanas.
Ni el sol, ni el agua
es lo mismo
que el rinconcito
de tu infancia,
y aún peor.
Eres árbol
que no sabe
adónde se inclina.
Tu nido,
el nido de antaño
fue destrozado,
y tu nuevo
es extraño.
Regresaré, dices,
regresaré a mis lares,
pero el frío aliento
arrugó tu cara,
y trazó los surcos
que no pueden sembrar.
Margarita Agulló
2 comentarios:
Sin duda alguna demos gracias los que podemos echar raices en el lugar que estamos.un abrazo Margarita
Precioso.
Como dice el anterior comentario,
qué reconfortante es echar raíces y mantener cerca de nosotros lo que amamos.
Qué triste debe ser ese árbol sin raíces.
Un saludo
Teresa
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