COSECHANDO
Con las espaldas encorvadas
por los años que han vivido
y el peso de las azadas,
van por tierras mal aradas
la mujer y el marido
Pasan horas trabajando
la tierra, para cosechar
el fruto que de vez en cuando,
aun pidiendo, rogando,
se niega a salir, a brotar
Y si es el fruto recogido,
la mujer, entusiasmada,
cuando mal ha amanecido,
llama impaciente al marido
y empuña su azada
Van los dos por el camino
pensando en cómo va a ser...
si hubiera uva para el vino
o trigo para el pan fino...
mas nada van a recoger
Vuelven a casa cansados,
con poco o nada en las manos,
cada vez más encorvados
por tantos años pasados
y tantos esfuerzos vanos
Se acuesta el matrimonio
"Mañana otro día será;
no tememos al demonio
Dios es nuestro testimonio"
¿Cual de los dos los ayudará?
Marlene H. Azevedo
2 comentarios:
Querida Mary Lee, todo es incertidumbre, la naturaleza lo quiere así, ¿terminaré este día? Mañana me tocará vivir? Nadie sabe nada. Vienen los adivinos a preguntarme. ¿Mañana que será de mí? Ceneme
HOLA querida (YO) te digo siempre que eres muy buena escribiendo pero quiero que escribas tambien esos poemas simpaticos que nos hacen reir,un fuertisimo abrazo guapa de teresa.
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