LA ASTUCIA
Ábreme la puerta, amor,
ya estoy arrepentido
de haberte causado daño,
de ti sigo
enamorado,
y
sé que a pesar de todo
de
mí no te olvidaste
aunque
te he golpeado
solamente
con un mazo
te
pegué algún trompazo
cuatro,
cinco, seis u ocho,
tu
queja no es para tanto.
Lo
tomaste como asedio,
solo
era de cariño,
y
decías sin sentido
que
te estaba atosigando
por
las heridas sangrando
y
entre lágrimas decías:
Tienes
razón de cariño,
pero
hay cariños que matan.
La
pulsera me pusieron
de
orden de alejamiento,
pero
estoy aquí de nuevo
para
pedirte perdón.
La
mujer desesperada,
del
marido no se fía
y
al cero dieciséis llama
solicitando una ayuda.
Le detienen al momento
y ve, a través de la mirilla
un cuchillo jamonero
que muy oculto llevaba.
Mariano Marcos de Abalo
Grupo Poético Brétema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
" Piensa si lo que vas a decir es más hermoso que el silencio"