Hija del aire


Hija del aire

Nadie me ha llamado amor;
Sólo tú, hija del aire,
Sólo tú, hija del viento,
Sólo tú, caracola mía,
Amor de melancolía
Y heredera de mis sueños.

Oh, sirena de mis noches,
Amapola de mis ecos,
Cazadora de mis bosques,
Diosa de mis consuelos.

la que me bebe las aguas,
la que me embriaga de besos
y me entrega violines,
y los valses de sus senos,
y las grutas de su boca,
y las miradas de cielo,
y lo tierno de sus manos
y las sendas de su cuello
.la mirada de sus ojos
y el contorno de su cuerpo;
esta es mi  fonibusa
la que llevo muy adentro,
en las arcas de mi alma
y en las minas de mi pecho.

oh, dios de mi cielo santo
este amor es mi tormento,
tormento de amor sublime
que asciende sobre los cielos,
y se posa en mis montañas
y en las dunas de mis sueños,
esta diosa y fonibusa
que invade mis sentimientos,
y funde sobre mis yunques
los más torcidos hierros,
con las llamas de su luna,
con los fuelles de su fuego,
entre fragata y navío
los dos entran en puerto,
echan anclas hasta el fondo
y por fin se sienten dentro.

Francisco de Sotavento

Cedeira
(A Coruña)



La fuerza de la mentira


La fuerza de la mentira

Aquí en esta hermosa Ría
Llena de ajetreo y de reposo
Donde dos veces al día

La mar sube y baja, negro foso
Bajo altos muelles llenos energía
Cerca de la gran ciudad, fogoso
Yo me siento al despertar el día

Aunque yo no esté, el curso del mundo seguirá
Cuando todo el trabajo se haga, la mentira pudrirá
La verdad es grandiosa y prevalecerá
Cuando a nadie importe la mentira o la verdad

Ceneme
(Grupo Poético Brétema)


La vid


La vid

Retorcidos, rugosos, como ancianos:
muleta y pie, colegas del  guijarro;
sus brazos mutilados  con desgarro,
suplican por los codos con mil manos,

Y el milagro de todos los veranos,
con los dulces racimos de la parra
un néctar fermentado harta la jarra,
exquisito licor de soberanos.

Nada concierne el cuerpo que se habite,
ni  las amputaciones que en él hallan,
en tanto la moral no debilite;

esos, la providencia, avituallan
e incluso  los surte de confite,
si con su parte en plétora batallan.

Enrique Fernández Castro

(Redondela)



Inocencia


Inocencia

Un remolino de viento y arena
se agita detrás de cada dicho
y cada palabra mueve los hilos de la tempestad
los habladores son inocentes y no lo saben
sus vocales convocan a una mayor agitación
y cada cometido trae consigo más clamor
reconvenciones
reproches
un pedido de regresar al origen
mientras la retórica perjura por el silencio
la inclemencia ya no presta oídos
desata truenos

Juan Disante

Buenos Aires
(Argentina)




Duerme


Duerme

Duerme, duérmete tranquila.
En la impotencia descansa
lívida cual bestia mansa
ajena al frío rencor
que acecha para servirte
el sanguíneo veneno
vertido en el vaso ajeno
con duplicado dolor.

Me filtro por las rendijas,
segundo a segundo atrapo,
cada minuto me empapo
de ansiada inmortalidad.
Soy vidas acontecidas,
soy cada vida futura,
verdugo de la locura
de existir; soy la Verdad.

Así que tranquila, duerme.
Conmigo tu sutileza,
tu finura, La Belleza
poco a poco morirá;
y, en el final de los tiempos,
únicamente el reflejo
consumido, sucio y viejo
de las almas quedará.

Pues la Belleza es la muerte,
mis huellas, tiempo afanoso.
El olvido del ocioso,
lo eterno del natural,
es la ley de nuestro mundo.
Esta es mi misión, querida,
llevar tu mano cogida
hasta el camino final.

Tomas Muñoz

(Vigo)




Un suspiro







Un suspiro

Un suspiro al viento.
Un suspiro sin aliento.
Un suspiro en silencio.

Una vida que vuela como
una cometa,
y lentamente se aleja.

Una vida que rueda en silencio,
sin que nadie la detenga.

Una vida que transcurre
como un suspiro,
pero suena como un rugido,
en una noche de tormenta.

Un aliento de vida…
que se va sin darse cuenta.

María Luisa López Castro
(Grupo Poético Brétema)



Noite clara


Noite clara

Chorando no claro da noite
chorando espida e bébeda
cos fumes da calada
do amor máis lonxano
aquel de filosofía liberalista.
No espello a bágoa
é o fogo
de queimar as feridas
das imaxes
traidoras de min mesma.
Ven comigo,
no coloque máximo poético
que a angustia non entende
de lume e bágoas.
Eu choro polo mundo sen remedio
no sen- remedio
de querer palpitar na alma
da musa máis difícil.

Marta Quanah


(Vigo)

El último baile



El último baile

Descalzos en la playa
y al compás de la música clásica
fue nuestro último baile.
Sonreíamos,
nos abrazábamos,
soñábamos
y nos amábamos.
Las mariposas revoloteaban
y los peces jugaban en el fondo del mar,
mientras  las gaviotas disfrutaban de la marcha  nupcial.
Esa fue la noche
de nuestro última danza
en compañía de la Luna nueva,
la Osa Mayor
y la brisa marina,
que  igual que nosotros
festejaba la dicha
de un ritmo inolvidable
sobre el arenal,
donde las conchas de las vieiras
con su belleza y colorido
nos recordaban
nuestro peregrinar,
mientras nosotros gozábamos
de un sueño ideal.

Chicha Cerecedo Rego

Pobra do Carmiñal
(A Coruña)














Odio y rencor


Odio y rencor

El odio y el rencor,
matan la vida misma,
arrastra al desengaño,
maltrata al alma entera,
se olvida la ternura,
es solo un gran vacío,
es solo una negrura.
Bendito el que perdona,
libera su amargura,
dando paso al amor
y la ternura,
corre, vuela feliz,
sin ataduras,
el saber perdonar
es la cordura.

Gloria Teiga Freijomil
(Grupo Poético Brétema)


Por los campos de Castilla…


Por los campos de Castilla…

(I)

Llegan los dos a la venta
para poder pernoctar,
pero antes hay que cenar
nuestro poeta comenta.

La mesonera atenta
se decide a escuchar,
somos de un puerto de mar
y paramos por la tormenta.

Al salir Sam del remolque
la gente queda asombrada,
pero no se escucha nada
ni critican el transporte.

Somos viejos camaradas
y estamos recorriendo España,
si el tiempo nos acompaña
lo haremos en acampadas.

Sam en el remolque a mirar
mientras que yo pedaleo,
siempre contento lo veo
por querer colaborar.

En cuestas de gran pendiente
con piso sin asfaltar
lo de él es siempre tirar
y el remolque es preferente.

De Sotopalacios a Vivar
lo hicimos faldeando el río,
pasamos algo de frio
pero logramos llegar.

A un mesón fuimos dar
con tal libre albedrío,
digo: Sam amigo mío
ahora hay que cenar.

Y mañana madrugar
para  seguir nuestra ruta,
como aquí nadie se inmuta
nos anima a continuar.

Dejamos tierra de El Cid
gran Caudillo de Castilla,
su Babieca, Tizona y silla
también se quedan aquí.

Falta pues Doña Jimena
en un jardín de esta plaza,
él, parece que amenaza
al moro a cumplir condena.

Los dos vamos a seguir
por los campos de Castilla,
que son una maravilla
para visitar y escribir.

Félix Loira
(Grupo Poético Brétema)










IN MEMORIAM


ISABEL RUIZ
(D.E.P.)

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