Amar a contraluz


Amar a contraluz

Intuyo tu presencia
Casi de madrugada
Tu perfume se adelanta
Y me estremezco
Te acercas de puntillas
Evitando despertarme
Con la lámpara,
Testigo silencioso que define
Tu silueta a contraluz
Del otro lado de la cama.

Te desvistes y tu mirada
Me recorre lentamente
Mientras yo te observo
Con los ojos cerrados.
Te deslizas entre las sábanas
Y me encuentras
Vestida de un hastío imaginario
Que se convirtió en calvario
Con el paso de los años.

El calor de tu cuerpo me abraza,
Sin apenas rozarme
Con dedos invisibles
Que siguen huellas
Grabadas en la memoria de mi piel
Cual códigos de alcoba inquebrantables.
Siento tu aliento
Y de nuevo me estremezco
Aún sabiéndote
Errante viajero de otros mares.

Que fue de aquellas noches
De deseos perseguidos
Incapaces de esperar la madrugada.
Hoy, acaso delegamos
Las locuras al sosiego
Compartiendo los dos
La misma cama
Separados por tejidos de algodón
De un blanco camisón
Inexistente en otros tiempos.

No quiero esta desidia que me mata
Y me rompe el corazón
En mil pedazos.
Es preciso arrancar
De nuestra alcoba los engaños
Retroceder al punto de partida
Pues desnudando el corazón
Hoy te confieso
Que sigue vivo mi cuerpo
Y aún te quiero
Aunque por momentos, amor
…siento que muero.

Dosy Martínez Hermida
(Grupo Poético Brétema)

La mano tibia de tu ausencia...


La mano tibia de tu ausencia
sembrando raíces de nostalgia
en el manto azul de tu silencio.

Te extraño desde los ojos del crepúsculo
hasta las lágrimas de la novia de los suicidas
desde la oración de tus sábanas en invierno
hasta la fiesta de mis manos, en tu piel.

La sombra de mis deseos
deslizando sus besos brujos
en el trébol de cuatro hojas de tus labios peregrinos.

Te extraño desde el grito de tu ausencia
hasta el lenguaje a señas de tu presencia
desde la terquedad de mi camisa de fuerza
hasta la cueva de los piratas, allá por tu recuerdo.

Hernán Pazos Girón

Piura
(Perú)
Blog de Hernán: 



Como los bueyes


Como los bueyes

Voy como vosotros, bueyes:
aferrado, uncido, lento,
azuzado, latigado
y me pesa la carreta
y, en los baches y repechos,
chirrían ejes y ruedas.

Camino con anteojeras.
Jadeo al subir la cuesta
o tirando del arado
porque flaquean mis fuerzas.

Tengo que rumiar despacio
mi mal ingerida hierba,
y, siempre que pueda, suelto,
buscar hierba en la pradera,
erguir la cabeza libre
del yugo y las anteojeras
y beber en el arroyo
el agua que corre nueva

María Palacios
(Grupo Poético Brétema)

Outono e Inverno.


Outono e Inverno.

Vexo a ría de Cedeira
á carón  de San Antonio.
Moitas flores de azafrán
e o ceo cor circonio.

A floriña do azafrán,
de febras atrompetadas,
no campeiro de Corveiro;
é unha especia estimada!.

Para condimentar guisos
e caldeiradas gustosas,
mesmo como afrodisíaco,
son plantas moi gorentosas.

Crocus sativus violeta,
as nais e bos cociñeiros,
canta devoción che teñen;
agóchante nos pucheiros!.

No castiñeiro o erizo,
no erizo está a castaña
que moita fame quitou
aquí e en terra extraña.

Landras dos vellos carballos,
caxigos e aciñeiras
dan fermoso colorido
xuntamente coas maceiras.

Cogumelos hai a treu
nos soutos e carballeiras,
os níscalos e boletos
nos pinares de Cedeira.

Coles, nabos e repolos,
ese verdor das nabizas,
a regalía das uvas,
saborosas mandarinas.

A Natureza é moi sabia
nestas coloridas datas
e cobre coma un mantel
as hortiñas de cabazas:

Tamén as follas no chan,
os erizos das castañas,
as envolturas das noces
pintan o cadro con maña.

Participan deste lenzo
o sen par acivro verde
de bagas avermelladas
e albas flores que del penden.

Das figueiras neste tempo
de pel verde ou morada
dependuran  migueliños
e ricos figos de malva.

As fabas e os feixóns,
maínzo de Ferrolterra
son productos apreciados
e boa sona que encerran!.

As variadas camelias
de colorido diverso,
pero sempre unha constante:
o porte da folla terso.

Diversas son as queirogas:
rosáceas e branquiñas;
e os múltiples crisantemos,
oriundos da gran China.

Cantos froitos e matices
nesta sen par harmonía;
son da terra agasallos
que dona policromía.

Non é tristeiro o outono,
non é unha mágoa o inverno
pois a Natureza adorna
de cores os froitos tenros.

Benaventurado inverno
que dorme no seu letargo
frío, húmedo e sen sol,
aínda que semelle amargo!.

Xosé Antonio Suárez Aneiros

Cedeira
(A Coruña)

Soy como el invierno


Soy como el invierno

Me he ausentado de ti como el invierno
De ti, que eres el placer del deslizante año
Que heladas he padecido, tiempo duro, extraño
La crudeza en este Diciembre es un infierno

Y sin embardo este tiempo en otro tiempo era verano
Rebosante de belleza el otoño, rico en su esplendor
Soportando la pesada carga de un amanecer mejor
Con los árboles desprovistos de su ropaje soberano

No obstante este abundante beneficio me pareció
Sólo esperanza para los huérfanos, una fruta sin padre
Pues el verano haciendo guiños para ti floreció

Y estando tú lejos, los mismos pájaros están mudos
O, si cantan, es con un canto monótono y triste
Palideciendo las hojas, al faltar para el invierno segundos

Ceneme
(Grupo Poético Brétema)

Oración



Oración

cuando los mil ojos de mis dedos
saben tu cuerpo estremecido
escampa el día
a la sombra de tu cabellera,
un océano de suspiros
es tu aliento,
manantial de corpúsculos secretos de la luna
es tu voz,
tus besos
son corceles libres sobre praderas de esquivos horizontes,
y nace tu mirada como un capullo
en la altiva caracola de la rosa roja

Daniel Uriza
(Argentina)


Romance a mi sombra


Romance a mi sombra
 (La inventiva es como la realidad.)

¿Por qué has pisado la rosa
desde tu pecho atrevido,
y la divina amapola
del más recóndito hechizo?

Tiraste con mi inocencia
bajo el poder de un capricho,
sembraste tu negra sombra
para enterrar nuestro idilio
y a nuestras sensibles almas
que se vestían de lirio
y palpitantes amores,
que nos brindó el destino.

¿Qué hiciste con nuestro amor?
¿Y para qué me has mentido?
Sin haber un mar de fondo
ni olas de vientos fríos,
sólo tu nombre en secreto
que tú jamás me lo has dicho,
y yo sabía quién eras
mismamente ya en principio,
por versos, poemas, palabras
y por tantos hemistiquios,
por tanto querida sombra
mejor sería decirlo,
pero los bosques son nuestros
todos los mares y ríos,
como el caballo del viento
y el susurro del lirismo;
roca inmortal que ilumina
los cielos donde escribimos
mas tu belleza oh, mi sombra,
tiene un torrente prolífero
y la mía ya lo sabes;
un romántico perdido.

Pues quiero que te recuerdes
lo mucho que nos quisimos,
desde tus manos de niebla,
desde mis ojos de vidrio,
y sabrás que yo te tengo
todavía en mis suspiros,
y todos mis sentimientos
los tengo por ti cautivos.

Mi barca quedó sin velas
con los mástiles partidos,
por vientos huracanados,
de los que dejan silbidos,
y cerrándome las puertas
sin haber ningún motivo…,
y aún te pedí perdón
sin tener que yo pedirlo,
pero ¿por qué le has cerrado
el portal a este mendigo?
Si para él eras diosa,
el cañaveral y el río
las aguas de sus amores,
el cielo y su paraíso.

Recuerda querida sombra
zagala de mis delirios,
recuerda que te llamaba
asfixiado en mis cilicios
desde las dulces mañanas,
para vivir nuestro idilio
con el afán de querernos
y fueres el lirio mío,
mi estrella iluminada
y el más sibilino hechizo,
todo esto en las mañanas
cuando mi alma y mi espíritu,
clamaban con tanto amor
para llamarte amor mío
y decirte tantas cosas,
susurrándote con mimo
desde mi playa de amores,
yo te llamaba por hilo
y tú loquita escuchabas
las palabras de tu ídolo,
porque ya eras mi diosa,
y dibujada en mi libro,
y por dentro de mis versos,
fuiste siempre mi delirio,
y la perla de mis ojos,
la calandria de mis trinos,
arpa de mi gloria eterna
la sombra de mi lirismo,
y el sueño enamorado
que tenía en mis sentidos
espejos de luna eras,
los bucles del manso río,
la estrella de la mañana
y el astro más encendido;
el canto de las auroras
y el eco de mis principios.


Eras la diosa del cielo
coronada de berilo,
reinabas con los colores
verdes, blancos y amarillos.
Eras como nebulosa
de esmeraldas y zafiros,
y la estrella más hermosa
que alumbraba en lo infinito.

Recuerdas mi eterna sombra
que mi nombre has bendecido,
desde tu senda celeste
en un poema divino,
gaviota y un pañuelo
“tú nombre” que era el mío;
mas tú no te hallabas sola
porque yo estaba contigo,
entonces ¿por qué cerraste
nuestro sueño sin motivo?

Pues no comprendo la turbia
ni tampoco el aire altivo,
ni la mentira hilvanada
desde un oscuro cobijo,
crepúsculo de negra sombra
mi sombra que me ha mentido.

Debieras decir: Soy yo,
aquella que está en “suspiros”
e inspirada desde el alma,
por éste paria y mendigo.

Recuerda mi dulce sombra
la tarde de nuestro idilio,
cuando tú tan linda entraste
en aquel espacio artístico,
vestida de plata y perla
como una diosa del limbo,
aunque yo estaba con otros…,
pero mis ojos te han visto
y raudo bajé a mirarte
con frenesí encendido;
mis manos besaron tus manos
las tuyas hicieron lo mismo.

Nos miramos tiernamente
hasta el fondo del abismo,
nos dijimos tantas cosas
tantas cosas nos dijimos,
que sin decir ni palabra
supimos lo que sentíamos,
nuestras pupilas soñaban
por besar algo divino,
de aquel eterno momento
que los dos hemos vivido.

Y mientras sonaba un tango
en la voz de un gran amigo…,
un tango arrabalero
que los dos hemos oído,
de aquel sublime momento
que acariciaba al idilio,
y la locura e imperiosa
de nuestro amor desmedido,
que sin pronunciar palabras
las pronunció el hechizo;
por amarme hasta la muerte
y yo por sentir lo mismo.

Y en otra divina tarde
cuando a las nubes subimos,
yo te he pedido un beso
pero tú no lo has querido,
pero mis labios cayendo
tiernamente y encendidos,
sobre la piel de tu brazo
que lo arrancaste del mío,
y al bajar por las cañadas
lentamente y fugitivos,
yo te cogí por los dedos
y tú cogiste los  míos,
dulcemente se besaron
en ese momento lindo,
parándonos en el valle
con nuestros dedos unidos
y abrazadas nuestras manos
en aquel valle sombrío,
bajo una tarde azulada
que entre los dos elegimos;
otro glorioso momento
de nuestro amor sibilino,
mas una voz misteriosa
suavemente se nos dijo:
Váyanse ustedes del valle
por tener cierto peligro,
y ya soltamos los dedos
pero nos quedamos fijos,
mirándonos uno al otro
dulcemente y atraídos.

Yo necesitaba tu boca
con ese beso infinito,
que hace temblar la tierra
y estremecer nuestro espíritu,
pero tú me lo has negado
y mi amor quedó herido,
y me sentí hombre paria
como el más triste mendigo,
que pide en la Noche Buena
a la puerta de su hijo,
y sin conocerlo lo echan…
y triste se va en mendigo,
en una tarde de amor
donde encontrar un cobijo,
y así me lo hiciste tú
quedando mi amor cautivo,
en la cárcel de tus ojos
y en las aguas de tus ríos,
que suenan tan melodiosas
con sus bucles blanquecinos,
y así morabas en mí
oh, sombra de mi destino,
cuando te dije: ¿Y tú?...
enfrente de aquel Molino,
he venido para vernos…,
y también para oíros
y ya me sentí volando,
y tiernamente querido
por la musa de mis ojos
por haberla conocido,
en un momento de luna,
en un momento divino,
pues mira querida sombra
después lo que yo he sufrido,
pasaste a ser mi tormento
y el tesoro más querido;
no cesaba de mirarte,
cuando pues nos reuníamos.
dentro del rincón de plumas
entre todos los amigos,
para declamar los versos
cada uno con su estilo,
mas dentro de mi silencio
te miraba a lo escondido
pero eras mi tormento,
mi llanto y mi martirio,
por sepultarme tus ojos
al más fondo del abismo,
pues padecía yo tanto
locura de amor divino,
y enjambres de enajenado,
tormentas de invierno frío.
Y cuantas eternas tardes
en soledad he vivido,
rondando tus verdes atrios
para encontrarte amor mío,
y hablar de nuestro amor
sin hablarlo ni decirlo,
conformidad por mirarnos,
por un momento ínfimo
pero el más profundo era
lo que tú y yo sentíamos,
esa atracción misteriosa
que rayaba en lo divino,
esto nos pasó a los dos
y tuvimos que sufrirlo,
por lo menos trece años
que para mi fueron siglos,
una locura de amor
vivida a lo escondido.

Cuánto dolor soportamos
tú lo sabes amor mío,
y aunque fui un vagabundo
un desdichado y mendigo,
ha sido por tanto amarte
y pongo a Dios por testigo,
que jamás yo quise a nadie
como a ti dulce amor mío,
y tú mi sombra adorada
has padecido lo mismo,
sin a penas darme un beso
el que se llama infinito,
con mis ojos en tus ojos
y tus labios y los míos,
gozando la plena gloria
sin importarnos morirnos,
pero el destino ha borrado
lo que tú y yo sentíamos,
sólo mirarte y mirarte
cuando pues nos reuníamos,
mas cuando ya te  alejabas
tan sola por el camino,
perdiéndote en la distancia
desde mis ojos celíacos
y ya me sentía paria
y el más hambriento mendigo,
bajo un tormento amoroso
de trece años vividos,
llorando yo por mi sombra
en solitario y cautivo;
así viví mi tormento,
así viví mi martirio,
y el temporal más cruento
que sólo yo he padecido,
por amarte tato y tanto
que he llegado a estar sumido,
y también a delirar;
por no tenerte conmigo.

 Mas ahora te enojaste
desde tu débil juicio,
y humildemente te ruego
que vuelvas a nuestro idilio,
y volvamos a querernos
como lo escribió el destino,
y que vuelvas a decir:
“Para ti dulce amor mío”.

Volvamos a nuestros versos.
volvamos a ser los mismos,
queriéndonos como antes
como nos hemos querido.
Y por este fiel tesoro
que los dos hemos tenido,
no quiero que lo abandones
por tanto que hemos sufrido,
vas a guardarlo en tu pecho
y en tu ego esculpirlo,
hasta el día de mi muerte,
y si quieres por los siglos…,
 así volverá mi sombra
a mi alma y a mi espíritu.

Francisco de Sotavento

Cedeira
(A Coruña)

Los pájaros extraviados


Los habitantes de nuestro planeta, divididos y traspolados,
 se pierden en una confusión que no mejora su calidad de vida.
 Podemos citar a Lope de Vega en su "Arcadio", donde hablando de
Rómulo y Remo, dice:

“Hijos de Marte nacimos,
eterna ciudad fundamos,
siete montes ocupamos,
y aun en ella no cupimos.
Cielo y tierra rige Dios,
no es gobierno el dividido,
y un reino no sufre a dos,
ni dos pájaros un nido.”

Los pájaros extraviados

Los pájaros extraviados
se precipitan
en remolinos dispersos
repasan
disgregan
no reconocen a sus pares
tan destemplado gorjeo
en el vuelo no encuentra la travesura
allá
malograda.

Dar la pluma es dejarse disolver,

Empollar es quedar huérfano.

El viento ya no tiene cielo
la metáfora sea lo que fuera
es un acorde más
un yerro.

Perplejos planean
sobre el desbriznado prado
la perdidiza donosura
a favor del brisote abierto
huracanado
a la desbandada.

Juán Disante

Buenos Aires
(Argentina)




La causa del lío




La causa del lío

Confusión,
embrollo
y
jaleo
nos muestran su presentación
en esta parte del globo.

El barullo y la intriga
se mantienen a su alrededor,
oponiéndose
al orden
y a la estructuración.

El follón y el enredo
son sus fieles servidores,
que donde se hallen
son  sus leales
seguidores.

En este punto del globo
el cacao impera
porque la ambición
y
la codicia
traspasaron las fronteras,
si detenerse en sus lodos
por miedo a los avariciosos,
ya que nunca se sacian
porque el más, más y más
y mucho más es su lema,
y la fábula: “El perro ambicioso”, de FEDRO,
nos lo recuerda.

Chicha Cerecedo Rego

Puebla do Caramiñal
(A Coruña)












Una vida


Una vida

Una nueva vida ha llegado
fruto de un gran amor
de dos seres que se quieren
mi padre y mi madre
ese fruto soy yo
no sé, de donde vengo
no sé, donde estoy
no sé, a donde voy
espero que mis padres
me enseñen
lo que significa
la palabra amor
soy la esperanza
de una nueva vida
soy la esperanza
de un mundo mejor
esa nueva esperanza
es un mundo de amor
por el que lucharemos
mi padre, mi madre y yo.

Manuel Carlos
(Gran Canarias)

Trigo y amapola


Trigo y amapola

El era trigo
y yo amapola
él se mecía con el viento
y yo surgía airosa.

El amarillo
Y yo roja
él buscaba el sol
y yo su sombra.

El era sustento
yo vistosidad
él era mi vida
yo su felicidad.

Montse Copa
(Vigo)



A un héroe de cuatro patas…


A un héroe de cuatro patas…

A TURCO le abandonaron
en la zona de Tarifa,
pero ni a una sola rifa
estos malvados jugaron.

En manos de militares
y bomberos de emergencia,
usando la buena ciencia
ovaciones a millares.

Los soldados encontraron
a este labrador dorado,
por si era de su agrado
a Cristina ellos llamaron.

Con honor y sinceridad
y con el habitual saludo,
compañeros yo no dudo
nunca en vuestra lealtad.

Los osados rescatadores
al momento calibraron,
por eso nunca dudaron
de TURCO y sus valores.

De España servidores
con tan noble criatura,
y con Dopy a su altura
siempre ganareis honores.

Pues rescatar a la gente
de una muerte segura,
es valor más que aventura
y lo tienen bien presente.

Ya que cada emergencia
una nueva singladura,
con disciplina y cordura
y una sana conciencia.

Cristina, Oscar, Francisco
y vuestro compañero Eugenio,
todos merecéis un premio
un monumento u obelisco.

Y a este perro valiente
cual un “Sherlock Holmes” canino,
que sigue vuestro camino
con firmeza preferente.

No fuma, ni usa pipa
no usa gorro ni capa,
de su olfato nada escapa
y no usa guantes ni lupa.

Al mundo dais gran lección
defendiendo a estos hermanos,
que aunque ni sean humanos
tienen un gran corazón.

Aislando el mundo del mal
a tal siniestro rincón,
por complicidad y traición
a tan noble animal.

Pero gracias a Dios imperan
gentes con conciencia tal,
que abandonar a un animal
cobardía y traición consideran.

(Si con la publicación de este humilde poema logramos salvar la vida
de un perro, nuestro trabajo no habrá sido tiempo perdido)

Félix Loira
(Grupo Poético Brétema)




La Vida


La Vida

La vida nos da tristeza,
la vida nos da alegría
por tantas pequeñas cosas,
yo doy gracias a la vida

Y cada vida es un mundo
de inquietudes y esperanzas
de luchas y sufrimientos
de deseos y nostalgias

Y las horas van pasando
y siguiendo van los días
al compás de nuestros pasos
caminando va la vida.

Rosa Morales
(Grupo Poético Brétema)

Tengo el mar





Tengo el mar

Tengo el mar en mis ojos
su perfume en la nariz
tengo su sal en mis labios
y su voz llegando a mí

Me adormece con su calma
me enerva con frenesí
me acuna con sus olas
y su ser me asombra a mí

Puede ser gris, verde o añil
puede ser plata
cuando la luna adormece
brillante… cuando el sol amanece

Puede ser él…
puede ser ella…
a veces se mece
a veces tiene estrellas

Montserrat Copa
(Vigo)


Campos verdes, verdes sueños...



Campos verdes, verdes sueños,              
verdes sueños, letras verdes,
palabras que se hacen versos
y versos que se hacen duendes.

Versos blancos, blancos versos
que se agolpan en su frente,
que escriben cuando el mundo calla,
que callan cuando el hombre miente.

Que a tientas pregonan las sendas
y el mundo vierte en sus aguas,
campos verdes, primavera
que el tiempo riega y descalza.

Hoy quisiera equivocarme
al juzgar con mis palabras…
versos que saben a cobre,
cobre que me sabe a nada.

Hoy quisiera comprender
que, al buscar en su templanza,
un silencio que sea dios,
un dios: la madrugada.

Que cada palmo del camino
que mi ser recorre y vaga,
descubra en el alma un río.
arroyo de aguas claras.

Campos verdes, verdes sueños
que tiñen de azul la montaña,
una gaviota se acerca
para mezclase en sus algas.

Hoy el monte se ha hecho grande
y el río un mar de plata,
pero mi sueño sigue siendo
sentir lo que siente su alma.

Su alma verde, verdes campos
que a las nubes se declaran;
allí los duendes secretos,
allí sus coquetas faldas.

Que el hombre puebla de orgullo,
que orgullo llena de mapas,
ya no laten en él los mundos,
ya no sueñan allí las barcas.

Campos verdes y desiertos,
cálidas aguas sagradas,
salva el verso que escucha…
siente el verso que habla.

Jean Carballo
(Grupo Poético Brétema)


Canción del mar


Canción del mar

Tu nombre, ángel mío,
tu nombre es de cristal,
tu nombre es mi delirio,
dulce nombre angelical.
Oh, nueva musa mía,
tu nombre es mi cobijo
más hondo que la mar,
y grande es mi suspiro
que gime por amar
tus ojos de calandria,
tu boca y palomar.

Tu nombre, ángel mío
tu nombre de coral,
de fuego y misticismo
de fuego corporal,
eres cielo y el abismo,
y la estrella de mi altar,
eres bálsamo divino
y eres dulce cual maná,
es tu nombre, ángel mío,
es tu nombre mi soñar,
sueño de noche contigo
y no ceso de soñar.

Sueño que estoy en el río
al pie de un cañaveral,
y que siempre estás conmigo
y jamás de mi te vas;
susurrándome cariños,
abrazándome a tu faz,
y me das besos de lirio,
y me das felicidad.

Muchas gracias, ángel mío,
muchas gracias por besar
el maná de mis delicias
con tus labios de cristal.
Yo te pienso y te medito
en mis noches sin cesar,
y te sueño en mis delirios
como diosa de mi altar.
Eres musa y paraíso,
eres río y manantial,
eres canto de mi bosque
y eres la canción del mar

Francisco de Sotavento

Cedeira
(A Coruña)


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