VUELVO AL PADRE
Ábreme la puerta, Padre,
que vengo cansado y yerto.
Salí vestido con traje
tejido de espacio y tiempo.
Apresurado, partí
y olvidé la llave. ¿Dentro?
Ábreme la puerta, Padre,
que yo la cerré al salir.
Yo me limité creyendo
que Tú quedabas allí
y que una puerta te guardaba
lejos, distante de mí.
Ábreme la puerta, Padre.
Descorre todos los velos.
Que mi corazón te sienta:
lejos, cerca, fuera, dentro...
Ábreme el corazón, Padre,
que te sienta latir dentro,
que te sienta derramado
como mi sangre en mi cuerpo,
como la luz en la aurora,
como en el cielo el azul,
como el amor en el beso...
Abre mis oídos, Padre,
que escuche tu voz, tu verbo.
Ábreme los ojos, Padre,
pues te busqué en los senderos
y, mientras te buscaba fuera,
Tú, me acompañabas dentro.
Ábreme el corazón, Padre,
que vuelvo cansado y yerto.
María Palacios