Son los minutos
una gota en un bidón
o en el mar un pez
que cae constantemente,
más de uno fue antes
y más que dos irán después.
Mientras los cielos respiran
me susurran al oído
no importa donde viva
ni quien venga conmigo;
yo entiendo sus lamentos
y puedo vivir en sus sueños
para que el fascinante
pero endiablado tiempo
no logre entristecernos
con su melancólico paso
constante pero lento,
seguro pero incierto.
Me encierro en eternas esperanzas
e ilusiones,
y consigo escapar
de trinchera en trinchera
de la decisión perpetua
y del infinito paseo
por su fría azotea de astros.
A lo lejos se deja ver
en un columpio,
un nimbo de futuro
y un cirro de pasado
que lo empuja
satisfecho pero preocupado
como de su generación
el último anciano.
Ángel Sande Caamaño
Muros (A Coruña)
1 comentario:
Precioso poema Ángel. El tiempo resulta implacable cuando se trata de vivir.
Un beso, Pilar.
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" Piensa si lo que vas a decir es más hermoso que el silencio"