La muerte sobreviene callada y esquiva.
Sus puertas, franqueadas
por el dios del quebranto,
caminan a tientas
por la habitación oscura
en donde
un ángel duerme…
No puedo presagiar, no debo;
quisiera romper las ventanas que dan al infinito
con el eco de los golpes
que una luna amamanta…
porque el ángel aún respira, y el ángel
nos contagia de un amor
que en nosotros ya no existe.
Todos queremos
sostener sus lágrimas de terciopelo
que despacio nos colmen de memoria
y de camino.
A veces el tiempo
se detiene en un instante.
Jean Carballo
(Grupo Poético Brétema)
2 comentarios:
Un hermoso poema Jean y a la vez muy triste y sombrío.
Un beso, Pilar.
Sobrecogedor poema cuyos versos son "lagrimas de terciopelo. Cierto, "a veces el tiempo se detine en un instante" que es una eternidad, pues se queda clavado en la memoria para siempre.
Saludos
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" Piensa si lo que vas a decir es más hermoso que el silencio"