EL PAÑUELO
Del beso aquel de nuestro amor primero,
un testigo inmortal vive conmigo,
siempre a mi lado es un sincero amigo,
recuerdo material que tanto quiero.
La muerte te llevó aquel frío enero,
en el que yo no pude darte abrigo,
mi gusto hubiese sido irme contigo,
y hacerte compañía en el sendero.
Ahora al recordar aquel momento,
renovando de amor mi juramento,
mi vista se nubló mirando al cielo.
Lágrimas de dolor cierran mis ojos,
al ver la huella de tus labios rojos,
la blancura quebrar de mi pañuelo.
Fernando Pérez (Vigo)
9 comentarios:
¡Bello poema!
Precioso y nostálgico poema. Sólo deseo que la nostalgia del poema no haya lastimado el alma de quién lo escribe. Saudos, Ceneme
Eterno dilema el de la vida y la muerte. Me recuerdan aquellos versos de Santa Teresa: ...vivo sin vivir en mi y tan alta vida espero..."
Un buen poema donde la descripción del pañuelo, único elemento material y tangible, ya se deja entrever de forma desgarradora en la primera estrofa y continuando a lo largo de las siguientes. A veces ese elemento, el pañuelo, impide el normal desarrollo de seguir hacia adelante en un tiempo aun vital. Vivir por vivir, con el alma rota, destrozada, vacía... ¿merece la pena Fernando?
Fernando:
Un merecidísimo aplauso por este pedazo de soneto.
Una nostalgia con forma de paloma roja posada en un pañuelo.
Un recuerdo primoroso.
Un beso.
Soledad.
Fernando tu soneto es muy bonito, pero encierra una gran tragedia. Mucho dolor en catorce versos. Un saludo
Hermoso soneto Fernando, cargado de inmensa melancolía por el ser amado. Precioso ese amor inamovible en el tiempo. Muy grande tuvo que haber sido ese amor... tu gran amor. Un beso, Elisa.
Es triste que un poema describa el dolor pero,es tan bella la forma en que lo cuentas que formas parte de él contigo,un saludo de A.Dulac
No puedo dejar de pensar y reflexionar sobre la imagen de ese pañuelo. Me viene a la memoria la sabana santa, la huella impresa, el "testigo fiel" de la presencia.
Cuan grande es el dolor que aquí describes... cuan grande es el amor por el que vives. Un saludo, Manoel Xosé.
Profundo e intenso como el amor mismo. He derramado lágrimas con este profundo poema.Bravoooo
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