Uno levanta la mano
porque quiere el poder. Y un destello inmenso
rompe el manantial
y busca quebrar el curso de las aguas.
Uno levanta la mano y después la esconde
entre la niebla para que no la conozca nadie
ni la turbe siquiera. Una mano
que es símbolo de una religión fanática
y torpe,
más que una realidad.
Y deja de abrir la corola
y empieza la mañana
a sangrar.
José Ángel
1 comentario:
Hermoso, muy hermoso el poema que presentas. El fanatismo es uno de los peores canceres de nuestra sociedad. En el nombre de dios se cometen las mayores aberraciones que el ser humano pueda imaginar. Desde el principio de los tiempos el ser humano ha matado en su nombre, en el nombre de Dios, de Ala... y de sus profetas. Somos tan falsos que ni siquiera tenemos el valor de expresar, de decir, en nombre de quien realmente se mata, del verdadero artífice de tales despropósitos... ¡el dinero, la envidia y el odio! el verdadero Dios, nuestra Sodoma y Gomorra.
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" Piensa si lo que vas a decir es más hermoso que el silencio"