El alzheimer
Misterio fue conocerte, alzheimer
Como la carcoma, taladraste sus recuerdos…
¡Madre! Ya no puedes recordarme,
me quedo fuera de tu umbral, y duermes.
Eres débil rama azotada por el huracán
Y como la hiedra trepar el muro quieres…
Ya no me hablas, madre, con tu dulzura,
imposible proyecto con tristes senderos.
Tu mundo hermoso donde no hay esperanza,
eternos momentos de angustia sin un despertar
Te abrazo una y otra vez, para sentir tu aliento,
y eres silenciosa, y siento tus latidos
Nunca voy a olvidar este secuestro
Y decirte cada noche lo mucho que te quiero
Bajaste las persianas y te duermes,
Como lo hace el valle, cuando llega diciembre…
Ya no ves mis lágrimas, madre,
Cuando contemplo tu cuerpo inerte.
Podemos las dos soñar ¡ya eres libre!
Podemos las dos reír ¡no hay fronteras!
Podemos las dos cantar, tú con los ángeles,
Podemos las dos vivir, cada cual, a su manera.
Maria Teresa Cariño Davila
3 comentarios:
Teresa, yo soy muy duro, o eso dicen, pero este poema, como la mayoría de tus escritos, brotan de una profundidad que no puedo menos que emocionarme. Saludos, Ceneme
Triste pero lindo, Cariño. Lástima que tu madre no te puede oír, leer... se sentiría orgullosa.
Un beso
YO
Espero que sean eternos momentos de felicidad y no eternos momentos de angustia sin un despertar. Te entiendo mucho, mi madre lo padece.
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" Piensa si lo que vas a decir es más hermoso que el silencio"