Como flechas de sangre
me hiere su mirada
cuando se clava dentro de mí.
Sus dedos de plata
ya han dejado resecar los pétalos
de mis hojas.
He visto tantos atardeceres grises
semejantes al de hoy…
acostada sobre la arena de la calle,
fundida en sombras.
Noches frías y pardas
al calor del silencio.
Tal vez no pueda soñar,
tal vez no deba, mi ventana
se ha hecho tan grande como el universo
que muere a mis pies.
Rosas en el camino,
encarnadas,
que me dicen que el hoy existe.
Hurgo en el fondo de la maleza
un sueño
donde no hay, no hay sueños,
como flecha cautiva
ya no creo en el ayer.
Lentamente se ha ido
la imagen del amanecer que había en mis ojos
y el miedo es el mundo,
sólo el miedo.
Mis manos blancas recogen el viento
que aún permanece pegado a las piedras del camino
y no me rindo,
no puedo rendirme.
Como flechas en sangre
me hieren sus palabras
cuando estallan sobre mí
José Ángel
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" Piensa si lo que vas a decir es más hermoso que el silencio"